TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN EL CAMPO

Recientemente se celebró el IV Congreso Nacional de Ingenieros Agrónomos, una cita que reunió a más de quinientos profesionales vinculados con la cadena alimentaria. El foco de este encuentro fue precisamente la necesidad y oportunidad de estimular la aplicación de la tecnología y la innovación a las empresas de la cadena alimentaria y por razones obvias, a los territorios rurales.

Los asistentes pudieron conocer gran parte de las iniciativas y proyectos más innovadores que se están desarrollando por parte de la comunidad científica y técnica vinculada con la agronomía, así como tomar contacto con la mayoría de las empresas que ofrecen servicios y productos concretos. Una oferta sin duda variada y útil para la mejora de la competitividad empresarial y para la sostenibilidad de nuestros territorios rurales.

Sin embargo, preocupantes cuestiones se cernían en todo el evento: ¿aprovechan suficientemente los agricultores y ganaderos las oportunidades que la innovación les brinda?, ¿mantendrá nuestro tejido empresarial un nivel de competitividad adecuado y podrá abordar los grandes retos futuros?, el despoblamiento y envejecimiento rural ¿bloqueará las oportunidades de futuro para nuestro agro?…

Preocupados por estas cuestiones, y aprovechando los datos del sondeo sobre nivel de conocimiento y barreras para la adopción de tecnologías en las empresas de la cadena alimentaria , mi buen amigo Melchor Guzmán, a quién agradezco la dedicación generosa de su tiempo libre a esta tarea, y yo mismo, realizamos una aportación al citado Congreso de la que se presentan a continuación algunos datos.

El sondeo tuvo dos rondas de consulta, una en 2016 y otra en 2018, tratando de evaluar la evolución de algunas de las cuestiones planteadas en el mismo. El sondeo, al que respondieron en ambas rondas 208 profesionales de la cadena alimentaria, sólo pretendía caracterizar el estado de la cuestión a fin de provocar la reflexión y el debate entre los profesionales del sector sin poder ser considerado un trabajo concluyente.

La primera cuestión, el nivel de conocimiento sobre la existencia de herramientas tecnológicas concretas para la cadena alimentaria en ámbitos específicos, puso de manifiesto que eran más conocidas las herramientas de aplicación a la gestión de la trazabilidad o al comercio, que las de aplicación a la logística o la gestión.

El nivel de formación del encuestado afecta al nivel de conocimiento sobre las herramientas tecnológicas de aplicación pero no es homogéneo su impacto en todas ellas.

La segunda cuestión de la consulta, la importancia relativa de cada una de las barreras de adopción, puso de manifiesto que las mayores dificultades encontradas por los profesionales de la cadena alimentaria son el desconocimiento de tecnologías y su posible aplicación para la resolución de problemas y la carencia de profesionales adecuadamente formados.

 

Conclusiones y sugerencias

La comunicación completa, disponible en la web del Congreso para congresistas inscritos o que puede solicitase a los autores, pone de manifiesto que aún hay mucho camino por recorrer para que algunas de las herramientas más útiles para la mejora competitiva del sector agroalimentario lleguen al mismo y, lo que es más preocupante, no se percibe mejora alguna entre los años 2016 y 2018.

La mayor carencia es el desconocimiento de la utilidad de la tecnología para la resolución de problemas concretos. La respuesta clara e inequívoca a la pregunta …y esto, ¿para qué me sirve?… sólo se podrá alcanzar con una intensa y continua labor de demostración e información, responsabilidad ésta de organismos públicos, centros de formación y empresas oferentes de tecnología. También sería útil que otras entidades, asociaciones del sector o colegios profesionales, pudiesen contribuir a esta labor de estímulo para el cambio cultural.

La falta de relevo generacional en las explotaciones y el despoblamiento de muchas zonas rurales dificultan el tránsito hacia la necesaria transformación digital de la cadena alimentaria. Dignificar la profesión de agricultor o ganadero y estimular el atractivo por la misma y por el trabajo técnico en la cadena alimentaria son más necesarios que nunca. En un tiempo en el que con tanta facilidad se generan y difunden tendencias globales gracias a los medios de comunicación, sería bueno que éstos pudiesen contribuir a tal propósito.

El principal sector de nuestra economía y fuente imprescindible de empleo en el medio rural, se enfrenta a grandes retos y, si no se abordan con la aplicación de conocimiento, se convertirán en obstáculos insalvables para alcanzar un futuro prosperidad.