El inicio de un nuevo año suele ser momento propicio para formular deseos y propósitos que sirvan de guía e inspiración en el territorio inexplorado del nuevo año.
En esta ocasión, nuestra sociedad viene de uno de los tiempos de mayor incertidumbre y dificultad que ha vivido en época reciente. El año que terminó ayer trajo momentos de gran preocupación y tristeza para muchos de nosotros, sin embargo, también nos ha permitido descubrir aspectos de nuestra sociedad y de nosotros mismos que difícilmente se hubiesen manifestado de no haber sido por unas circunstancias tan excepcionales como las vividas.
Si tuviera que destacar un aprendizaje útil me centraría en la extrema vulnerabilidad del ser humano y de nuestra sociedad. Hemos descubierto que hay cosas que no podemos controlar fácilmente.
Esta evidencia puesta de manifiesto por la acción de un virus, ha desencadenado acciones colectivas impensables en cualquier otro escenario. Como decimos en lenguaje coloquial… cuando nos vemos con el agua al cuello, nos ponemos las pilas… Hospitales en tiempo récord, vacunas para las que se agilizan los procedimientos burocráticos, generosidad próxima a la heroicidad…
En este contexto ¿es posible identificar enseñanzas útiles para la gestión de nuestras organizaciones? Desde mi punto de vista, sí.
- Repensar la escala de valores. Con frecuencia dedicamos esfuerzo a asuntos no críticos. Para ser eficaces es necesario poner foco en lo nuclear, en aquello que nos permite subsistir.
- Los objetivos se pueden alcanzar en menos tiempo. En la mayoría de las organizaciones mantenemos procedimientos de gestión superfluos e innecesarios que lo único que hacen es ralentizar la consecución de objetivos.
- Importancia de la coordinación. Ante situaciones críticas, la respuesta colectiva y coordinada puede aportar gran valor.
- Buscar el origen del problema es crucial. Con frecuencia en el ámbito de la gestión pretendemos mitigar los síntomas olvidando su origen. Operar sobre las raíces de los problemas es clave para conseguir resulados positivos y duraderos.
Tomando consciencia de dónde venimos y poniendo en valor los aprendizajes, debemos abordar 2021 con la esperanza de hacer lo que esté en nuestra mano para poder mejorar la situación.
No se trata de hacer buenos propósitos que, con frecuencia, son difíciles de alcanzar, sino identificar algunas de las claves que deberían prevalecer en nuestros respectivos ámbitos profesionales en 2021.
- Centrar esfuerzos en las variables en las que podemos operar. Con frecuencia perdemos tiempo y recursos tratando de intervenir en asuntos que están fuera de nuestro alcance. Este comportamiento genera frustración cuando identificamos que no podemos intervenir.
- Luces largas, pero ¡cuidado con las curvas! El escenario se presenta altamente incierto y volátil. Cómo nos afectará la evolución de la pandemia, cómo se aplicarán los estímulos económicos, cómo evolucionarán las relaciones internacionales… muchas variables y gran incertidumbre sobre lo que sucederá. Fundamental definir objetivos a largo plazo, pero vigilando de cerca la evolución de las variables que nos afectan.
- Las reglas cambian, surgen oportunidades. En momentos de cambios drásticos y rápidos como en el que vivimos actualmente, suelen aflorar grandes oportunidades. Es clave desarrollar la capacidad de análisis para identificar los huecos y los mecanismos para poderlos explorar.
- Valor ante situaciones dramáticas. Actividades y profesiones que antes tenían oportunidades, desaparecerán. Si percibimos que estamos en este terreno peligroso, actuemos con valor y de forma rápida. No nos agarremos a clavos ardiendo. Si me tengo que reconvertir, ¡a por ello!
- Agrupados somos más fuertes. Uno de los aspectos que no por obvios son más frecuentemente puestos en práctica es el poder del grupo. Los asuntos que me afectan a mí, la realidad de mi gremio, son elementos de cohesión que pueden ayudarnos a buscar soluciones colectivas. ¡No desperdiciemos esta oportunidad!
El tiempo que se avecina nos puede preocupar e incluso asustar, pero nunca debería dejarnos paralizados. Afrontemos el 2021 con la certeza de que gran parte del balance que hagamos al finalizar el mismo dependerá de nuestras decisiones y acciones.
¡Feliz 2021!
Enhorabuena, Miguel Angel. Las lecciones y los propósitos son aplicables no sólo al ámbito personal sino también a la empresa, a la sociedad y a la política. ¡¡¡Enhorabuena!!! Feliz año 2021.
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